Este acontecimiento anual con la señora, hace también el dialogo, la conversación en el transcurrir del recorrido, ¿cuantas personas, se ven en estos días, reunidos por la Madre?, cuantos nuevos diálogos, sin móvil, sin wasap, de nuevo las conversaciones entre amigos y conocidos, agrada ver de nuevo en calles y plazas adyacentes a Santa María.
El adivinar el color del manto diario que luce la Virgen, también es un aliciente de la visita diaria, fijarse en la mirada de las personas mayores, que no saben si el próximo año la verán, hace recapacitar sobre muchas cosas, cosas, que ahora no les damos suma importancia. Bendita Madre de la Montaña acoge nuestras súplicas, y trasládaselas a tu Hijo que entre tus brazos arropas, para que algún día disfrutemos de su reino.
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